Gran día del blog - Recordando a mi abuela.

   El día del blog ya ha terminado y, al menos desde mi punto de vista, ha sido un día grandioso. Muchas gracias Carolina!! (Os dejo el enlace a la fiesta para quien quiera recorrer las entradas participantes: http://carolinamaraboli.blogspot.com.es/2012/08/fiesta-dia-del-blog.html)

   He podido compartir un poquito de mi con todos vosotros y, al mismo tiempo he conocido a muchos de vosotros. Bueno, más bien, vuestros blogs. 

   Pero no solo eso. He encontrado lugares donde poder probar nuevas recetas de cocina, otros donde compartir esos pequeños cuentos y relatos que se me ocurren de cuando en cuando. Grupos que comparten manualidades y se retan a hacer cosas nuevas. He encontrado un blog que se basa, al menos en título en uno de mis cuentos más queridos de niña (La princesa y el guisante) y otros en los que como yo, recuerdan y utilizan la herencia de madres y abuelas. Otra gran y grata sorpresa ha sido descubrir el blog de una bailarina con síndrome de down ya que me trajo muchos y buenos recuerdos de una antigua compañera y amiga del grupo de danza con el que estuve casi 20 años.

   La mayoría de los blogs que he conocido hoy, se dedicaban, principalmente, a las labores de costura: dos agujas, crochet, punto de cruz, confecciones más lejos de mi alcance,... Por ello, tras esta fiesta quiero compartir con ustedes una pequeña herencia que me he traído tras mis vacaciones en casa.

   Cuando era pequeña, entre mi madre y mi abuela me enseñaron tantas cosas de costura como la inquietud e impaciencia de una niña les permitió. Me regalaron un kit de agujas de plástico rosadas con las que aprendí y después me prestaban las suyas de cuando en cuando. Nunca olvidarán el día que mi prima y yo nos pusimos a vender pulseras hechas con cadenetas en la puerta de casa de mi abuela, ¡Conseguimos vender tres!

   Mi abuela era costurera, nos hacía disfraces de carnaval a todos los nietos igual y salíamos todos juntos a las cabalgatas. También nos hizo algún que otro vestido, a mis primas mayores llegó a hacerles vestidos para sus fiestas de fin de año. Le enseban una revista con lo que querían y mi abuela les hacía un diseño a medida.  Como es ley de vida, se fue pero quedó todo lo aprendido. De eso hace ya trece años. Mi tía en ese momento repartió una de sus joyas a cada nieta y eso nos quedamos de recuerdo. Yo... perdí la mía. No soy de usar ningún tipo de joyas y un día simplemente ya no recordaba donde la había puesto; supongo que con el tiempo apareceré tras una puerta o dentro de un cajón. A mi padre no le hizo mucha gracia que perdiera el recuerdo de su madre pero ahora tengo uno más acorde a mi y que no perderé.

   Tras haber retomado mi afición por las labores, en mi vuelta a casa decidí preguntarle a mi tía por las agujas de mi abuela, si alguien las estaba usando o se habían tirado o algo. Resultó que no, estaban guardadas en el fondo de un baúl junto a otras cosas de la casa y, si las quería eran todas mías. Tenía un tubo lleno de agujas!! Muchas repetidas. Le deje a mi madre las que estaban repetidas y las demás son mi pequeña herencia 13 años después. Espero darles un buen uso y que mi abuela se sienta orgullosa de mi.

   Ahh!! También encontré la aguja de crochet rosada de plástico con la que aprendí. Las demás del kit no sé donde estarán. Os dejo unas fotitos de mi aguja rosada, las agujas de mi abuela y una lana del color de mi blog que el que pienso estrenarlas. Como siempre, ya os enseñaré el resultado.

Por cierto, el guardapuntos y el estuche para las agujas de crochet son de mi madre :) quería traerme algo de ella también ya que la tengo tan lejos. Ahora toca darles un buen uso.

Muchos besos y buena suerte!!